EDITORIAL
Por Cristobal Vilaxa A.
“Pensar una nueva psicología donde la gente no tenga que ir al psicólogo…”. Eso les digo a mis compañeros que me gustaría hacer en el futuro una vez que termine mi carrera de psicología. Todos ellos me miran aterrorizados pensando que les voy a quitar su trabajo. Pero pensar una psicología así en verdad no es nada grave, es más, mucha gente lo piensa así. Es como pensarla desde el “sentido común” y en verdad créo que es lo que el mundo necesita. Los psicólogos estamos estigmatizados, impregnados de la idea que solo tenemos que atender pacientes, que tenemos que adscribirnos a una teoría o corriente como el psicoanálisis, pero ya no, nuestros tiempos han cambiado, las necesidades de la gente también, se han abierto nuevos campos de estudio, de acción y reflexión. Me imagino haciendo algo así como lo que señala Paulo Freire en la Pedagogía del Oprimido, eso de que hay que empoderar al sujeto, para que este tome conciencia de sí, pueda utilizar las herramientas que posee, aprovechar las cosas que tiene a mano para surgir de su situación de pobreza, pero a la vez hay que enseñarle que una vez que esté fuera, él debe hacer lo mismo por los que le siguen, si no se trasforma en una cadena interminable donde el mandado se transforma en mandamás y se prosigue así con el abuso y la desigualdad. Ahora bien supuestamente esta es la base de lo que conocemos por psicología comunitaria, pero resulta ser de que empoderamos al sujeto, lo educamos, le damos todas las herramientas posibles, etc., pero siempre dejamos algo sin terminar, con tal de que apenas la persona se sienta mal, acuda a nosotros. En el fondo somos asistencialistas y promovemos a través de nuestras prácticas todo eso. Pensar la psicología desde el “sentido común” no es más que darle una vuelta a lo que somos y a lo que podemos ser, es tratar de quitarnos el velo de los ojos con la intención de ver más lejos. Busquemos el final del horizonte, esa es la idea, o por lo menos hagamos el intento. Espero que esta revista, así como las instancias, colaboraciones, entusiasmos y motivaciones que la han hecho posible, sean un referente de cambio donde personas con ganas de cambiar las cosas, con ganas de expandir su mirada más aya del horizonte puedan expresarse y hacer manifiesto ese cambio... Ese cambio de
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PSICOEDUCA para todos.
