22.5.09

Dioses Educando con Wikipedia a Ángeles convertidos en Demonios.

“Educación: Proceso de socialización de los individuos, en el cual las personas asimilan conocimientos de índole cognitivo, emocional y conductual.”

“Profesor: Persona que enseña una determinada ciencia o arte. Deben poseer habilidades pedagógicas para ser agentes efectivos del proceso de aprendizaje. El profesor, por tanto, parte de la base de que es la enseñanza su dedicación y profesión fundamental y que sus habilidades consisten en enseñar la materia de estudio de la mejor manera posible para el alumno.”

Suele ser extraño en nuestros días revisar estas definiciones, que por lo cual son bastante básicas para dar cuenta de lo que está sucediendo en la educación chilena. Nos hemos acostumbrado al éxito momentáneo, a la vida inmediatita que los medios de comunicación nos han inculcados. Sin embargo hay un pequeño sector de nuestros educandos que está preocupado por la formación que se está recibiendo, no por nada en el 2006 se produjo una revolución que puso en jaque desde a los propios alumnos hasta la mismísima Presidenta de la República. Es entonces, cuando el ayudante de mi cátedra Procesos Educativos, me cuenta que la primera prueba estaba organizada como tipo ensayo. Lo cual me interesó mucho porque era la oportunidad para poder escribir muchas cosas que yo pensaba y que me interesaban de la educación. Creo profundamente en la educación y en su proceso como aprendizaje. Es en cierta forma la manera de poder ir creando y creciendo en el que hacer cotidiano.

Es a raíz de esto que surgen cuestionamientos sobre la educación que reciben los niños y jóvenes chilenos. Hasta cuando estaremos inmersos en una educación mediocre, inmediatista y lucrativa. ¿Cuáles son estos elementos que hacen que nuestra educación sea de pésima calidad y nos hagan infelices? Somos capaces de arreglar estos aspectos negativos.

En primera instancia es necesario decir que nuestra educación es mala, mala porque no es capaz de cubrir las necesidades de los educados, de explotar y potenciar las habilidades, de crear conciencia y responsabilidades frente al propio proceso de aprendizaje. Teniendo este escenario, podemos dar cuenta de dos actores fundamentales, los alumnos y los profesores, los que día a día parecen sostener una guerra a muerte en la sala de clases, en donde los estudiantes con las armas de la flojera y el Internet, desarman a profesores que no tienen herramientas para vencer su propio descontento y desgano de ser profesores.

Si pudiéramos volver a tras, veríamos profesores diferentes, profesores que son Dioses en la tierra del conocimiento que pese a todo los inconvenientes son capaces de llegar a otro con el amor que tienen por la enseñanza. Comprendí eso cuando leí un día domingo la columna de Cristían Warken, en donde la mayor arma del profesor, es un fuego interno que lo involucra a ser él el que aprende a través de sus alumnos.

“Pero muchas veces me tocó encontrar la luz en esos liceos oscuros, cuando la alegría de una clase bien hecha era capaz de compensar todos los sacrificios o momentos amargos. Perdí la voz, pero con la satisfacción de haberlo hecho para traspasar a otros el amor por la palabra. Nunca dejé de sentir que yo era un privilegiado, al que se le regalaba la posibilidad de aprender enseñando, porque el verdadero alumno es el profesor, y ese secreto profundo de la pedagogía lo sabe quien alguna vez ha hecho clases”(Wanker, 2008).

Queda de manifiesto que para ser profesor se necesita ser un Dios, un Dios amoroso, sabio, correcto en su trato, pero por sobre todas las cosas un Dios perseverante que sea capaz de transmitir a los alumnos el amor que siente al llegar al final de su labor y saber que un niño más sabe leer o sumar y restar. Los profesores, son los que marcan nuestra primera etapa, no somos nada sin ellos, es por eso que desde esta posición de alumna, creo que el profesor no puede ser una persona que vaya por las calle y que tenga un mínimo de puntaje en la P.S.U., debemos convertir a nuestros mayores genios en Dioses, para así hacer que en otros ángeles llamados alumnos se encienda el fuego del aprendizaje y del amor por enseñar.”Me duele en el alma saber que los mejores alumnos no se interesan por estudiar pedagogía, y que la educación de los niños de Chile puede quedar en manos de los peores. Me preocupa que ya se haya instalado en el disco duro de los jóvenes la sensación de que estudiar pedagogía es fracasar en la vida.”(Warken, 2008).

Todo esto suena bien y incluso puede ser hasta romántico, pero nuestra realidad es otra, muchas veces, nuestros profesores, en vez de fomentar ese fuego por aprender de una forma equilibrada y dedicada, establecen todo lo contrario, los alumnos muchas veces quedan a la deriva del conocimiento, el nuevo Dios educador de los estudiantes es la Enciclopedia Virtual Wikipedia, he aquí el sentimiento de los alumnos del éxito inmediato y del mínimo esfuerzo, pues Wikipedia es un herramienta que no tiene filtro y no es capaz de incentivar a los alumnos a crear e investigar más.

Viendo a este nuevo actor, creo que se nos presenta una nueva batalla en las salas de clases. Una batalla no entre profesores y estudiantes, sino que en una alianza entre estos en los cuales las herramientas combatan un futuro incierto y mediocre, en donde el Dios de la tecnología nos tiene sometido en su ley de la mediocridad, transformando a estos alumnos en demonios inescrupulosos, desgastando sus energías de conocimiento y creatividad. En cierta forma la educación esta convertida, en el título de este ensayo, Dioses educando con Wikipedia a Ángeles convertidos en Demonios.

Como todo ensayo, es necesario dar una nueva salida a lo que aquí se plantea, sin duda, creo que como buenos Dioses y Ángeles que combaten por el bien, debemos seguir esta analogía con una revolución, un gran terremoto que sacuda todo, que tan como Jesús lo dijo, destruir el templo y construirlo en tres días. Necesitamos urgentemente un cambio, necesitamos entender que Dioses y Ángeles, deben combatir juntos, crear, soñar y construir un futuro mejor, no sólo en el futuro lejano, sino que también un presente auspicioso, un presente con más alternativas de libertad. La tecnología no puede ganarle a las ganas de imaginar y amar lo que hacemos, si bien es un avance que le agradecemos a nuestro pasado, el no es el Dios dominante, el Dios dominante es el amor por enseñar y por aprender. Quiero terminar con el último párrafo de Cristián Warken, quien nos motiva a enfrentar esto con valentía y con amor, independientemente del lugar que ocupemos, ya sea el de el Dios Profesor o del Ángel estudiante, lo importante es que simplemente estemos dispuestos a enfrentar tal magno evento llamado EDUCACIÓN.

“Es hora de rebelarse contra esa fatalidad. Ésta es la gran prueba que debemos rendir como país: asumir la educación como el gran desafío épico de nuestra historia. Hay que encender el entusiasmo en los jóvenes por el más sagrado de los oficios. Necesitamos a los mejores, a los más valientes, a los más idealistas en nuestras salas de clases. Con título de pedagogo o no, qué importa. Necesitamos que el fuego de la educación les queme a muchos el alma, como antes, cuando gobernar era educar, cuando los Andrés Bello, los Gómez Millas, los Luis Oyarzún o los Nicanor Parra bajaban de su olimpo a ensuciarse sus manos con tiza.”

Por Loreley Lopez Saavedra
Colaboradora Colectivo PsicoEduca
Alumna Psicología 3er Año UAHC